Jesús, derrama Tu Preciosa Sangre sobre mí, mi cuerpo, mente, alma y espíritu; mi consciente y subconsciente; mi intelecto y voluntad; mis sentimientos, pensamientos, emociones y pasiones; mis palabras y acciones; mi vocación, mis relaciones, familia, amigos y posesiones. Protege con Tu Preciosa Sangre todas las demás actividades de mi vida. Señor, te dedico todas estas cosas y te reconozco como Señor y Maestro de todo.
María, Inmaculada Concepción, pura y santa Virgen Madre de Nuestro Señor Jesucristo, llévanos a cada uno de nosotros bajo Tu velo; guárdame y protégeme contra todos los ataques y tentaciones que violarían la virtud de la castidad.
Señor Jesucristo, te suplico la gracia de permanecer custodiado bajo el manto protector de María, rodeado de la santa zarza de la que fue tomada la Santa Corona de Espinas, y saturado de Tu Preciosa Sangre en el poder del Espíritu Santo, con nuestros Ángeles Custodios para mayor gloria del Padre.
Amén.
por todas las familias enfermas y las que han sido esclavizadas en otros lugares del mundo sin importarles sus necesidades y por todos nosotros tentados a hacer maldades a otros semejantes perdonamos señor por tantas víctimas inocentes de homicidio y tantas otras apartadas de su amor.